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Capítulo 4 Cartas de Jesús

8. Haces bien en llorar un poco por él. Porque buenos hay pocos en este mundo. Mas los que son como tu hijo bien merecen que se les llore.

9. Yo mismo vierto una preciosa lágrima por él. — Así fue creado, todos los mundos, de una lágrima de mis ojos. Y así mismo será también formado el nuevo cielo.

10. Yo te digo que las buena lágrimas son de un grandísimo valor en el cielo. Porque con estas joyas preciosas se adornará eternamente el cielo. Mas las malas lágrimas del odio, de la envidia y de la cólera fortificarán el infierno en su solidez.

11. Que tu mayor consuelo sea afligirte por el bueno. Conserva ese dolor un corto tiempo aún, hasta que en breve llores Mi muerte. Entonces irá mi apóstol a librarte de todo.

12. ¡Continúa siendo muy misericordioso y encontrarás también gran misericordia!. ¡No olvides a los pobres, porque todos, sin excepción, son mis hermanos! Lo que les haces a ellos, lo haces conmigo y Yo te lo devolveré centuplicado.

13. ¡Busca lo grande — es decir Mi Reino — así lo pequeño de este mundo te será igualmente concedido! Pero, si buscas lo pequeño, entonces no podrás ser tenido por digno de lo grande.

14. Tienes en la prisión de tu reino un criminal que, en virtud de tus sabias leyes, ha merecido la muerte. Pero Yo te digo: el Amor y la Misericordia están en un grado más alto que la sabiduría y la justicia. Trátalo, por ello, el amor y la compasión, así tú serás uno conmigo y con Aquél que está en Mí y del cual he venido para ser un hombre al igual que tú. — Amén.

15. Escrita por Mí mismo en Cafarnaúm y enviada con tu mensajero.«

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