5. Pero Yo pregunto: Si este campesino siembra todo el campo con un buen trigo, y este campo le produce una cosecha céntupla donde la décima parte le basta para su propio sustento, ¿acaso las nueve décimas superfluas le resultarían en un detrimento? ¡Oh, seguro que no! Porque la mitad de la abundancia la puede repartir entre necesitados, los que le serán bien agradecidos; y la otra mitad de la abundancia la puede llevar al mercado. Y como se trata de cereales muy buenos encontrará muchos compradores que le pagarán precios ventajosos. De modo que con el dinero ganado puede llevar una buena economía doméstica y llegar a ser un campesino rico y de buena presencia. 6. ¡Ved, de este ejemplo se desprende claramente que si alguien en su interior tiene un buen campo, y para esto también una buena semilla en gran cantidad, entonces, que no sea mezquino en la siembra! ¡Porque el que siembra abundantemente, él también cosechará abundantemente; pero el que siembra mezquinamente, también tendrá una cosecha pobre! ¿Y qué hace falta para que la cosecha resulte buena? Una vez que tan sólo el suelo esté bien cultivado, entonces podéis sembrar en él tanto del buen grano como queráis, y aun así no habrá grano que se estropee en el buen suelo, sino cada tallo crecerá abundantemente.
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