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Capítulo 3 Aclaraciones de Textos Bíblicos

1. En el Nuevo Testamento leéis una parábola sobre un propietario prudente de una obra en construcción, y de otro constructor imprudente, con el siguiente texto: “El uno construyó su casa sobre roca, y el otro sobre arena suelta. Empezó a soplar una tormenta, y se produjo un chaparrón. La casa construida sobre la roca resistió a ambos, pero la casa construida sobre la arena se destruyó”

2. El que observa esta parábola tan sólo por encima, en el momento con una sola mirada ya debe enterarse de dos soles centrales.

3. ¿A quién, evidentemente, se parece el constructor inteligente? ¡Seguramente a aquel que antes ya mediante los dos Mandamientos se había confirmado completamente! Y cuando entonces vienen las tormentas y los chaparrones, entonces estos no solamente no pueden perjudicar al constructor, sino incluso fortifican su casa sobre la roca; porque los vientos desecan las paredes de la casa, con lo que las hacen ávidas a una hidratación. Y cuando luego se presenta la lluvia, esta se insufla en las paredes secas de la casa donde acá y allá hay juntas en las que disuelve las partículas de manera que estas llegan a ser pegajosas. Pues en repetición frecuente de tal escena los muros se unen cada vez más intensivamente.

4. Ejemplos naturales de esta Verdad las encontráis en cada castillo viejo y arruinado, que a veces resiste por centenarios. ¡Y si alguna vez llegase a ser demolido, entonces resultará más fácil derrumbar una muralla recientemente hecha! La causa de esto es la lluvia, que mediante su fuerza disolutiva transforma ciertas partes de la piedra en una masa calcio—pegajosa, y por eso con el tiempo combina toda la mampostería en una unidad.

5. Y ved, ¡lo mismo pasa con un ser humano que se ha despertado por los Mandamientos del Amor! Él es un edificio sobre una roca. Los vientos que llegan y que chocan contra el edificio, lo secan y hacen que tenga sed, ¡estas son las ansías nobles de reconocer cada vez más al Creador de todas las cosas, para que en este reconocimiento puedan crecer en el Amor a Él! El chaparrón que sigue son las obras que el sediento recibe para leer. Él las absorbe ávidamente en su interior, con lo que después siempre se entera cómo por su absorción las rajas aún no cerradas, poco a poco quedan más rellenadas y transformadas en un baluarte. Y cuanto más del chaparrón cae sobre este edificio, tanto más sólido llega a ser el edificio por cada chaparrón.

6. ¡Pero qué efecto más diferente surten las tormentas y los chaparrones cuando se trata del edificio que en las profundidades estaba construido sobre arena suelta! Cuando ahí se presentan las tormentas y empujan el edificio poco estable, sacudiéndolo. Y cuando luego vienen las aguas producidas por los chaparrones, ¡entonces se acabó lo del edificio! Porque los vientos pulverizan las murallas ya rajadas — rajas y rotos cuya causa son el suelo inestable; y cuando luego vienen las aguas que con facilidad derrumban todo el edificio, lo arrastran a cualquier corriente cercana de la perdición.

7. ¡Yo diría que esto debe ser claro como un sol central! Porque un ser humano que de una preparación espiritual no tiene ni la idea más remota, evidentemente tiene que perecer, si intencionadamente hace que le sobrevengan las Tormentas espirituales y el chaparrón espiritual, para que estos hagan de él un edificio sólido o un ser humano firme espiritualmente sabio.

8. Dad a un hombre totalmente mundano —o por lo menos medio mundano— la Biblia en la mano y decidle: “¡Amigo, lee esto con esmero y encontrarás aquello de lo que careces! ¡Un tesoro escondido por el que siempre preguntas y que consiste en oro, plata y piedras preciosas, pues en esto se concentra la vida de tu alma!” A este consejo el amigo en seguida se apoderará de cualquier Biblia y la leerá con toda atención.

9. Pero cuanto más atento y ansioso él leerá esta obra, con tantas más contradicciones él se tendrá que confrontar, por lo que pronto dirá a su amigo: “¡Amigo, el Libro que me recomendaste ya lo he leído por lo menos seis veces! Pero cada vez más que lo leo con aún más atención, tantas más contradicciones y absurdidades encuentro. ¿Para qué todas estas baratijas abigarradas. para qué estas profecías misteriosas que parecen tener tanta relación como el monte Chimborazo en América con la montaña Himalaya en Asia?

10. Consta que estas dos montañas se encuentran en la misma Tierra, lo que queda bien claro. Del mismo modo también profecías parecidas se encuentran en uno y el mismo libro, lo que también está claro. Pero de qué manera tales pasajes están relacionados razonablemente —o cómo el Chimborazo en todo caso vía el centro de la Tierra está unido con el Himalaya en Asia—, ¡esto difícilmente un naturalista terrenal podrá determinarlo mientras todavía tenga miedo del fuego y para su sed moderada en las grandes aguas del mar encuentre un extintor demasiado poderoso!

11. Puedo decirte, mi querido amigo y hermano, que cuando leí este libro por primera vez, yo verdaderamente tenía la impresión como si tuviera cualquier sentido sabio oculto. Pero cuantas más veces lo leí —y eso cada vez más críticamente— tanto más me convencí que todo este libro no es más que una cámara de tesoros abundantes de todas las absurdidades más crasas. Porque aparte de algunos antiguos refranes de sabiduría practicables, un disparate se atropella con el otro. Y, descontados los pocos dichos que tampoco son precisamente de oro puro, este libro por su presentación mística sirve bastante bien para proporcionar a la estupidez de los seres humanos una ocupación por centenarios”.

12. De esta reacción racional podéis deducir suficientemente qué efecto estas tormentas y este chaparrón con nuestro mundano edificio de arena han surtido a la Biblia. ¡Una vez tal ser humano ya esté destruido de esta manera, entonces que le recoja quien quiera, porque Yo y todos mis Ángeles encontramos tal faena por lo más dificultosa! ¡Pues resulta más fácil reunir diez mil seres humanos de todas las calles para la gran Cena de la Vida que encontrar tal persona única que mediante la lectura de la Biblia se encontró en un camino de compra de un buey!

13. Lo mismo que pasa con la lectura de la Biblia también pasa con toda su interna interpretación espiritual. Pues ahí cada uno va a decir: “Si esto es su verdadero sentido, ¿por qué la Biblia no está redactada así?”.

14. Y aunque a tal hombre indicarais la razón de la presentación alegórica de la Biblia tan claramente como fuera posible, entonces él se hinchará de reírse en vuestra cara y dirá: “¡Después de la acción realizada es fácil profetizar! Pues todo disparate se deja deformar como una pasta, con lo que se puede formar de él lo que se quiera; porque el caos es la base de todas las cosas, pues con el tiempo de esto se puede formar todo. ¿Pero por qué no presentar una profecía tal como realmente se produce? La razón es: ¡porque esto no se puede saber de antemano! Por eso se prepara una absurdidad mística, mediante la cual se puede formular cualquier acción que se realizará en el futuro”.

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