8. Dad a un hombre totalmente mundano —o por lo menos medio mundano— la Biblia en la mano y decidle: “¡Amigo, lee esto con esmero y encontrarás aquello de lo que careces! ¡Un tesoro escondido por el que siempre preguntas y que consiste en oro, plata y piedras preciosas, pues en esto se concentra la vida de tu alma!” A este consejo el amigo en seguida se apoderará de cualquier Biblia y la leerá con toda atención. 9. Pero cuanto más atento y ansioso él leerá esta obra, con tantas más contradicciones él se tendrá que confrontar, por lo que pronto dirá a su amigo: “¡Amigo, el Libro que me recomendaste ya lo he leído por lo menos seis veces! Pero cada vez más que lo leo con aún más atención, tantas más contradicciones y absurdidades encuentro. ¿Para qué todas estas baratijas abigarradas. para qué estas profecías misteriosas que parecen tener tanta relación como el monte Chimborazo en América con la montaña Himalaya en Asia?
|