En aquellos países, que vosotros denomináis los cálidos, el juego de colores es, tanto en las plantas como incluso en los animales, mucho más vivo y generoso, al contrario pues de las zonas templadas y sobretodo de las frías, en las que el tono general se acerca al gris. De un fuerte y agradable olor, no cabe ni hablar, y en cuanto al sabor, éste suele ser duro y ácido acercándose a la amargura de los espíritus desterrados en el interior de la tierra. – La Fuerza Curativa de la Luz Solar, Capítulo 1, Párrafo 31
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