13. El primero de estos dos hechos sucede diariamente delante de vuestros ojos, mientras que el otro no ha dejado el menor rastro fuera de la Escritura. Quien quiera volver sobre la caída de las murallas de Jericó tendrá antes que creer ciegamente en este suceso. Mientras que en un día muy soleado se pueden señalar millares de otros milagros naturales que dicen: “Criatura orgullosa, ¡mira cuán abundantemente te rodeó el Creador de prodigios vivientes por los cuales percibes la presencia del Señor de la vida!”.
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