7. A aquel cuyos ojos físicos son ciegos, todavía le queda la visión del espíritu; pero aquel que se ha vuelto ciego en el espíritu seguirá siendo ciego eternamente. 8. A los jugadores diles que ante todo se están jugando la Vida y a la vez todo lo que les estaba dado para fomentarla. Porque el juego es un pozo lleno de inmundicias dañinas, mientras que los jugadores se imaginan que es una fuente de oro. Por esto hozan continuamente en él, intoxicándose con el aire pestífero que respiran, y en vez del oro imaginado sólo encuentran la eterna muerte espiritual.
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