3. Grabé la Ley en tu corazón, tal como también tú debes grabarla en el corazón de Eva; y, como señal que siempre os advertirá de los juicios de Dios como consecuencia de vuestro pecado, para vosotros y todos los que os seguirán, voy a hacer que aquí y allá se formen volcanes que ––hasta el fin de los tiempos–– de vez en cuando vomiten fuego... y os dejaré en herencia el rayo que os recordará a la devastación en aquellos tiempos... y os dejaré el trueno que sigue al rayo, para que os recuerde el nombre del Dios todopoderoso, en caso de que alguna vez os olvidéis de él...
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