Al final de la orgía en la embriaguez del olvido de Dios y del sacrificio ordenado ––el pequeño sacrificio que cada vez antes de unirse tenían que encomendarse en sus corazones a Dios–– apareció el ángel con la espada llameante en la diestra. – El Gobierno de Dios, Libro 1, Capítulo 13, Párrafo 14
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