Help

jakob-lorber.cc

Capítulo 13 El Gobierno de Dios, Libro 1

Y de nuevo Adán se echó al suelo, y lloró y clamó en voz alta: «¡Señor, gran Dios todopoderoso! En la gran Gloria de tu Santidad, ¡no cierres del todo el Corazón de tu Amor y tu Misericordia ilimitados, y concédeme tan sólo la fuerza necesaria para que yo ––el más indigno–– pueda huir ante tus juicios conforme a tu santa Voluntad!... Porque todas tus criaturas te están subordinadas –– igual que yo, de pies a cabeza. Señor, ¡atiende mis ruegos!». – El Gobierno de Dios, Libro 1, Capítulo 13, Párrafo 32

Capítulo 13 Vista móvil Aviso legal