Capítulo 15
![]() ![]() | El Gobierno de Dios, Libro 1 |
La confesión de Caín 18. Oh Abel, ¡no tardes en darme un alimento vital para que recupere la voz para llorar y, dado que soy un desgraciado, dame una bebida para que no me consuma de arrepentimiento sin tener lágrimas!». 19. A estas palabras de Caín, Abel volvió a pisar el suelo, se acercó a su hermano y le respondió: «Caín, débil hermano terrenal mío e hijo de Adán y Eva, ¡levántate y sígueme! Porque volveré a llevarte con tus padres y con todos tus hermanos, donde encontrarás en plenitud todo de lo que careces aquí. 20. Pero una vez que hayas calmado tu hambre y tu sed, dirige tus pensamientos al Señor en su gran Amor y su Gracia misericordiosa, y acuérdate que lo primero es lo último, y lo último es lo primero. 21. Ahora sígueme con toda paciencia y toda afabilidad, y que de ahora en adelante toda tu potencia sea paciencia y toda tu fuerza sea afabilidad; porque de esta manera incluso tú encontrarás la Gracia de Aquel cuyo Amor es infinito en todas las eternidades». |
Capítulo 15
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