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Capítulo 2 El Gobierno de Dios, Libro 1

Así habló el Señor en mi interior para cada uno, verdadera y ciertamente:

1. Tú eres el Lot de Sodoma; por esto cuida de no ahogarte en la inmoralidad y no heredes el patrimonio de la prostituta. Porque uno como tú no lo había antes ni lo habrá después de ti: Como hombre vives totalmente en la carne con los placeres que ella te ofrece, y como espíritu estás totalmente despejado y tienes la visión y el oído bien atentos... Estás manchando tu cuerpo con inmundicias, mientras que sobre tu espíritu se derraman flujos de Luz... Tu cuerpo come con los cerdos, mientras que tu espíritu está rodeado de mil ángeles... Tu corazón físico está lleno de porquería, pero en tu corazón espiritual Yo me he establecido una morada... Tu conversas con mujeres indecentes, y Yo te hablo como un hermano al otro. Desprendes un olor a inmundicias, mientras que tu espíritu respira las esencias del Cielo supremo... Eres una bestia, pero tu ojo resplandece sobre los Soles. Por esto, ¡purifica tu carne y vuélvete uno conmigo, para que Yo me vuelva Uno contigo!

2. A las madres tímidas diles que no eduquen a sus hijas con un aire de pánico ante los hombres y el mundo; porque a lo que se teme, en el momento de la tentación se le hace caso ciegamente, con lo que a los temidos la victoria les resultará fácil. Vale más que las eduquen en el temor y amor para conmigo... para que Yo sea el victorioso... para que ellas desprecien al mundo y puedan deleitarse en mi Amor ilimitado... Para conseguir un marido para sus hijas, que nos las lleven a sitios públicos, sino que me las traigan a Mí, y te digo que ni una sola de sus inclinaciones quedará sin mi Bendición y sin satisfacerla; porque Yo soy un Dios rico que tiene todo en abundancia... Yo puedo dar y quiero dar...

3. Y a los pobres diles que no pidan limosnas delante de las puertas de los ricos donde sufren los ataques de los perros... donde sus corazones se llenarán de tristeza y de amargura... sino que con plena fe vengan a Mí, porque Yo los voy a fortificar a todos. Al hambriento le daré de comer. Al sediento le daré de beber. Al desnudo le voy a vestir. Al enfermo le curaré. Al leproso le purificaré. El ciego va a ver y el sordo va a oír. Al débil le haré más fuerte que un león. El tímido cobrará más valor que un potro macho. Y el viejo tendrá su placidez. El pobre es mi hermano más prójimo, y Yo cuido de él. Por esto, que no exponga su dignidad a los perros de los ricos, porque los ricos son hermanos de Satanás e hijos del infierno.

4. ¡A mis amigos y amigas diles que no amen a mis siervos más que a Mí! En vez de confiarles su salvación a esos siervos, que la pongan en mis manos, confiando plenamente en Mí. El siervo, si no quiere caer en descrédito, tiene que actuar conforme al reglamento, porque únicamente el legislador está encima de la ley y, como administrador, puede designar a quien quiera. Pero quien viene a Mí, a él le puedo eximir de la ley.

5. Mi Iglesia en la Tierra es un baño para la purificación. El que se ha lavado que venga a Mí para que Yo le seque con el calor de mi Amor y para que se quede conmigo. Pero quien se complace en chapotear le pasará lo mismo que a la rueda del molino que nunca saldrá del agua.

6. El que ha cumplido con su cometido de la verdadera penitencia, que venga a Mí para que Yo le acoja como a un hijo perdido. Porque el siervo puede aconsejar, pero Yo puedo actuar. El siervo puede instruir, pero la Redención es asunto mío. El siervo puede rezar, pero únicamente Yo puedo bendecir. El siervo tiene que respetar la reglamentación, pero la Gracia es derecho exclusivo del Señor. Por esto, ¡que ante los siervos no se olviden del Señor!

7. Todo esto díselo palabra por palabra, sin escrúpulos... porque si me quieres amar a Mí, no debes temer al mundo... ¡Porque Yo soy más que todo el mundo!

8. Ante el mundo figuro como poca cosa. Los sabios me miran apenas por encima del hombro y a lo sumo me consienten todavía el crédito de un hombre honesto. Otros ya me han despedido del todo, de modo que para ellos ni siquiera existo. Otros que tal vez aún me atribuyen algún rasgo divino, se dejan instruir por los sabios... De una manera vil me rechazan, consintiéndome apenas el derecho de representar a un Dios de viejas cotorras... Existen “siervos” míos a los cuales en su grandeza imaginaria les sirvo solamente de sello oficial público y para dar un nimbo “divino” a sus absurdidades negras. También existen los que todavía consienten en mi Divinidad, pero en cambio, para sus ventajas mundanas, tengo que admitir que hagan de Mí lo que les da la gana. Y, para colmo, hacen de Mí un auténtico absurdo: debo profesar Amor y Misericordia hasta cuando les complace, pero a continuación debo presentarme más duro que una piedra y consentir en que me transformen en el tirano más vil. Tengo que saltar de un tribunal a otro y dictar una sentencia de perdición tras otra. De modo que mi Amor debe ser algo temporal, mientras que mi tiranía y mis funciones de juez asociadas debieran perdurar eternamente... ¡Oh, increíbles insensatos! Es más que evidente que mi Longanimidad, Bondad y Humildad, y mi eterno Amor a mis criaturas no se prestan para sus manejos codiciosos. ¡Pero pronto sus proyectos les serán desbaratados! Yo tengo sus cuentas delante de Mí... La medida de sus hechos ya se ha colmado y no falta más que uno solo; de modo que su merecido ya los está esperando.

9. Para aquel que no me conoce y no sabe Quién soy y cómo soy, para él sería mejor que no supiera nada de Mí, porque entonces aún le podría vivificar allá en el reino de los espíritus... Pero si ellos mismos se abstraen de mi ayuda porque matándome a Mí en su interior matan la Vida en ellos, esto resulta como una parra cortada de la viña...

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