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Capítulo 3 El Gobierno de Dios, Libro 1

Así habló el Señor en mi interior para cada uno, verdadera y ciertamente:

1. Yo soy un buen Hospedero... No se pierde ni una sola miga... Quien invierte su capital en Mí, a él le producirá grandes intereses, porque figurará registrado en mi Corazón y los intereses crecerán eternamente. Mira arriba, necio, ¡mira el cielo estrellado! ¿Quién, jamás, contó los Soles cuyo número no tiene fin –– y las Tierras, todas, que he creado y colocado alrededor de ellos? Y Yo, que soy verídico en cada una de mis palabras, te digo: Por un céntimo de tu capital doy una Tierra, y por un trago de agua fresca un Sol... En verdad, te digo: ¡El menor servicio del amor al prójimo prestado tendrá su recompensa inimaginable!

2. Me preguntas si en todas partes hay hombres como en la Tierra que tú habitas, y te digo que sí... En todas partes hay hombres que surgen de mis entrañas y que me reconocen conforme a la naturaleza de mis entrañas... Están los que surgen de mis manos me reconocen en mis manos, y los que surgen de mis pies me reconocen conforme a mis pies... Los que surgen de mi cabeza me reconocen conforme a mi cabeza, y los que surgen de mis cabellos me reconocen conforme a mis cabellos... Los que surgen de mi región lumbar me reconocen conforme a ésta... En resumidas cuentas, todos me reconocen conforme a la parte Mía de la cual surgen. Y su vida y su bienaventuranza corresponden a la parte de la cual surgieron... Todos son mis criaturas que amo, porque Yo soy puro Amor y por toda parte soy el Amor mismo.

3. Pero a los hombres de esta Tierra los llamé desde el centro de mi Corazón y los creé perfectamente conforme a mi Imagen, y no quiero solamente que sean mis criaturas sino mis hijos queridos... Los que no sólo me reconocen como Dios y Creador sino como su buen Padre que después de un período de prueba quiere volver a acogerlos, para que allí tengan todo lo que Él mismo tiene y para que vivan eternamente con Él, y junto con Él reinen y juzguen el universo. Pero ya veis: mientras todas mis criaturas me aman como a su Creador, llenas de gratitud por su existencia, únicamente mis hijos no quieren a su Padre y desprecian su Amor...

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