Help

jakob-lorber.cc

Capítulo 1 El Gran Evangelio de Juan, Libro 1

14. Como la Vida primaria de Dios tiene que ser enteramente independiente y libre —de no ser así no sería Vida—, y como en los seres creados la vida tiene que ser absolutamente la misma, se podrá fácilmente comprender que a los hombres sólo les podía ser dada una vida absolutamente independiente y consciente de sí misma. Pero precisamente por esta consciencia, la vida tuvo que reconocer que no era de origen propio sino que procedía de Dios, a semejanza de la Vida de Él.

15. Esta noción tenía que existir en todos los seres creados, al igual que su vida y existencia tenía que estar enteramente en concordancia con la de Dios, de lo contrario no tendrían ni vida ni existencia.

16. Si analizamos esta situación de más cerca, sacaremos la conclusión de que en los seres creados tienen que confrontarse inevitablemente dos sentimientos: el sentimiento de la Perfección divina, o sea, de la Luz primaria divina dentro de ellos, y —por estar en esta misma Luz— el sentimiento de su evolución subsiguiente por la Voluntad del Creador.

17. La primera noción iguala a la criatura con el Creador, con lo cual también ella tiene el sentimiento de haber surgido de sí misma, absolutamente independiente del Origen primario, a pesar de llevarlo dentro. El segundo sentimiento, con la consciencia de tener vida, tiene que reconocer su procedencia del Origen primario y, por consecuencia, su dependencia de él. Y tiene que admitir que sólo al correr de los tiempos la vida podría manifestarse como libre por sí misma.

Capítulo 1 Vista móvil Aviso legal