Después de esta advertencia necesaria, ahora os explico: Ante todo quiero señalar que aquí sólo será dilucidado el sentido psicoespiritual y no el más interno, puramente celestial. Éste es sumamente santo y sólo puede ser transmitido sin perjuicio a aquellos que lo buscan por medio de una conducta acorde con las palabras del Evangelio. El sentido puramente psicoespiritual es fácil de encontrar. A veces bastará con una traducción que tenga en cuenta ciertas costumbres a la hora de documentar las cosas de aquella época, como se verá en las explicaciones del primer versículo. – El Gran Evangelio de Juan, Libro 1, Capítulo 1, Párrafo 4
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