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Capítulo 123 El Gran Evangelio de Juan, Libro 3

“¡Oh Tú, mi santo Padre que estás en los Cielos! ¡Santificado sea tu Nombre! ¡Tu Amor paternal venga a nosotros pobres pecadores! ¡Hágase tu santa Voluntad aquí en esta Tierra como en todos tus Cielos! Si hemos pecado contra tu santo Orden eterno, perdónanos tal insensatez y ten paciencia e indulgencia con nosotros, como también nosotros tenemos paciencia e indulgencia con aquellos que han pecado contra nosotros. ¡No permitas que nosotros, en nuestra debilidad humana, seamos tentados por el mundo y el diablo más allá de nuestras fuerzas! Con tu Gracia, Amor y Misericordia líbranos de todos los males que pudiesen turbar nuestro amor para contigo, oh, santo Padre amado. Más siempre que tengamos hambre y sed, espiritual y físicamente, danos según tu mejor parecer lo que necesitemos cada día. ¡Únicamente para Ti todo mi amor, toda la honra y toda la alabanza para toda la eternidad!”. – El Gran Evangelio de Juan, Libro 3, Capítulo 123, Párrafo 4

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