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Capítulo 174 El Gran Evangelio de Juan, Libro 3

Por lo tanto, los habitantes del Sol no conocen la noche; sin embargo, debido al aire sumamente claro que circunda al Sol hasta una altura de 1.200 horas desde el suelo firme del Sol, en su día eterno los habitantes del Sol pueden ver bastante bien las estrellas, los planetas y nuestra Tierra que giran alrededor del Sol. Verdad es que este aire hacia el interior se nubla de vez en cuando con muchas nubes densas, pero otras veces hay regiones absolutamente serenas y sin nubes, desde donde se puede observar bastante bien los mundos exteriores, mucho mejor que desde cualquier otro planeta. – El Gran Evangelio de Juan, Libro 3, Capítulo 174, Párrafo 5

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