16. «Eso, Yara, es todavía demasiado complicado para ti. Pero por el gran Amor que te profeso, te digo: Verdad es que, si quiero saberlo, Yo puedo saber desde la eternidad todo lo que un hombre será en la madurez. Sin embargo, para que en la madurez de sus años el hombre pueda obrar con entera libertad y sin ser turbado, aparto mis ojos de él durante un tiempo y no presto atención a sus acciones libres, salvo que me ruegue encarecidamente que le ayude en la lucha que, libremente, sostiene contra el mundo. En ese caso me preocupo de él, le ayudo a tomar el camino justo y le concedo las fuerzas necesarias para que pueda luchar contra el mundo. 17. Para que actúes libremente no quiero ver lo que sucederá contigo en el futuro,. Pero te aviso ahora para que en el tiempo de la tentación te acuerdes de todas estas cosas. También tu ángel de la guarda te abandonará durante ese tiempo; sin embargo, en cuanto hayas vencido enteramente al mundo con tus propias fuerzas, se acercará a ti y te servirá en todo. ¿Me has entendido un poco?». |