40. Mirad: ¡Babilonia, la gran ramera del mundo, ha sido destruida por el Señor, porque ella había dado la muerte a muchos pueblos! — ¡Pero, ¿qué ganaréis si es que convertís Laodicea en una nueva Babilonia?! ¡Por eso abandonad todo lo que podría acarrear de nuevo el horror de la destrucción, — aquello que Daniel había profetizado cuando estuvo delante de la ciudad sagrada! 41. Pero Cristo os ha vivificado porque estabais muertos en vuestros pecados y en el prepucio de vuestra carne, y os ha perdonado todos los pecados que habíais estado cometiendo en el Templo, como en vuestro prepucio.
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