Capítulo 1 | Carta a Laodicea |
34. ¿O acaso no es así como me enseña el Espíritu de Dios todo el tiempo? — El que tiene la luz de los ojos puede mirar las ceremonias del mundo y se entretiene en ellas; 35. ¡pero para el ciego, ha desaparecido todo el mundo con sus ceremonias y el viejo servicio del templo y todas las vestiduras adornadas! |
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