Pero vosotros, hombres, amad a vuestras mujeres con justa medida y no seáis duros con ellas; pero no exageréis con el amor hacia vuestras mujeres hasta el punto de olvidar al Señor, porque el amor al Señor tiene que ser célibe, es decir, como si no tuvierais mujer. – Carta a Laodicea, Capítulo 3, Párrafo 29
|