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[GD 1.11.20] Hablaste a las montañas y los mares, y te respondieron... Dirigiste tu voz al interior de la Tierra y no te faltó la respuesta... Dirigiste tus palabras a los árboles, los arbustos y las plantas, y todos te comunicaron su nombre y su utilidad... Del mismo modo también todos los animales a los que te dirigiste con tu voz propia a ti, te respondieron todos en su manera audible, indicándote hasta qué punto han sido destinados para servirte incondicionalmente... Y los vientos te enseñaron cómo puedes servirte de ellos, conforme a tu voluntad... Y también Eva lo entendió todo. [GD 1.11.21] Ahora, Adán, sé consciente de que todo esto no es una dádiva como tu vida y como la de la misma Eva, sino de la gran Gracia del Amor que te lo dio como regalo... un regalo que solamente mantendrás mientras conforme a la Voluntad del Padre santo hagas uso sabio de ello... Pero si ante el semblante de Jehová no mantienes tu mente totalmente pura, una tras otra de estas Gracias se disipará del ámbito de tu gran Poder. Por lo tanto sé sabio como lo es el Padre santo más allá de toda Creación. [GD 1.11.22] Así como tú ahora eres ––y como conforme a la Voluntad del Padre santo y tu propia voluntad también en adelante debes de ser–– así también deben salir todos tus descendientes... y también los descendientes de Eva deben salir tal como ella ahora es ante tus ojos. [GD 1.11.23] Si alguien no es como tú ahora, todavía mantendrá la dádiva durante cierto tiempo; pero el regalo de la Gracia le será quitado en cuanto ya no sea como tú ahora eres. Incluso los descendientes que salgan como Eva se levantarán sobre los que salen como tú y les serán infieles hasta en las últimas fibras de su existencia... seguirán a los perros, se alimentarán de las inmundicias de las serpientes y amamantarán a sus lactantes con pechos de víboras... Y tus descendientes serán envenenados por ellos y morirán con una muerte física y espiritual amarga en vergüenza eterna. [GD 1.11.24] Adán y Eva, ¡oíd! Todavía os encontráis en el paraíso, allí, donde el eterno Amor os colocó antes y después de vuestro pecado y antes y después de la destrucción... Pero no olvidéis jamás os olvidarais de cumplir fielmente con las Leyes del Amor y los Mandamientos de la Sabiduría del Padre santo, porque si no seréis despachados de este jardín tan hermoso con esta misma espada llameante, y ya no podréis entrar en él antes del fin de vuestra vida temporal... ni nadie de vuestros descendientes antes de que haya llegado la época de Promisión... Y únicamente después de esta y de la Nueva Creación del Amor que de ella resulte, los hijos de la Redención podrán entrar en el Paraíso. [GD 1.11.26] Y ahora, ya que conforme a la Voluntad del eterno Amor os he mostrado y explicado todo, he cumplido con la obra de mi misión y tengo que irme –– en lo que se refiere a la apariencia. Pero invisible para vosotros, seguiré todos vuestros pasos, contándolos todos conforme la Voluntad inalterable de Jehová. [GD 1.11.28] Pero también me presentaré visiblemente ante vosotros en cuanto os apartéis de la Ley del Amor y de los Mandamientos del Padre santo... entonces me veréis como ahora, con la espada llameante en la diestra, para despacharos de este jardín... Y a ti, Adán, te quitaré una gran parte de los regalos de la Gracia del gran Amor, con lo que te quedarás débil y tímido ante el menor ruido que pueda producir la hierba». [GD 1.11.29] Y ve, escribiente ciego de mi nueva Palabra viva en ti como también en todos vosotros... ve y observa a Adán, como él en el paraíso fue un hombre perfecto –– menos en algo muy preciso... Ve, ¡las facultades con las que estaba dotado –– un señor perfecto de la Tierra!... Pero todas estas perfecciones suyas no fueron sino un regalo Mío, y los conservó hasta el día en que por una sola vez se olvidó de Mí –– dado que el ángel ya no le resultaba visible... [GD 1.11.30] Ve, ¡todo lo que Adán tuvo como regalo, todo esto quiero dároslo a vosotros, como dádiva perpetua, e incontablemente más y infinitamente mayor... lo que soy Yo mismo y todo lo que es Mío... todo esto será vuestro si tan sólo me amáis!... ¡Y por nada más que por amarme!... [GD 1.11.31] Pero, ¿dónde está vuestro amor el que os “compré” tan caro y que quisiera considerar eternamente “Mío”? Oh, ¡cuánta escasez de él hay en la Tierra! Con lo suave que resulta, ¡y vosotros no lo queréis!... ¡Él es tan liviano y suave, y vosotros no lo queréis y tampoco lo buscáis a pesar de que os espera, y despreciáis en gran precio dentro de él! [GD 1.12.2] Pero mi Pan fue untado con la miel de mi Amor y está empapado con la leche de la Vida eternamente libre surgida de Mí... y lo podéis tomar en toda abundancia sin que jamás os pueda causar el menor daño... Al contrario, ¡os fortificará y os dotará con todo mi Poder y mi Fuerza, eternamente e incluso ya durante vuestra vida temporal! Sólo hace falta que lo aceptéis... Ved, después de mi acción más sublime que es la gran Obra de la Redención para vosotros, este mi Pan resultaba todavía muy caro. Y los hombres no lo consiguieron sino en cantidades muy pequeñas, “pagándolo” con su propia sangre e incluso con su vida... Entonces este mi Pan sabía amargo a los que se lo procuraron, porque aún no estaba untado con la miel de mi Amor ni empapado con la leche de la Vida libre... porque a los “compradores” tristes la miel y la leche sólo les fueron añadido después, copiosamente, en el reino de los espíritus. Pero aun así había “compradores” en gran número... [GD 1.12.3] Sin embargo ahora, que lo doy con miel y leche totalmente gratuito a cada uno que lo pida –– sólo por la pequeña recompensa de su amor, ve, ahora lo desprecian junto con el gran Dador que está tan lleno de Amor para con vosotros todos... [GD 1.12.4] Sabed: Hice que se abrieran las puertas de mis Cielos de par en par. ¡Quien quiera que venga! Y que venga lo antes posible, porque ya ha llegado el gran tiempo de la Gracia: la Nueva Jerusalén desciende a la Tierra por todos vosotros, para que todos los que me amen tomen morada en ella... y que en ella se fortifiquen con el Pan con miel y leche, y beban a grandes tragos la pura agua de la Vida... y que la saquen en abundancia del eterno pozo de Jacob. [GD 1.12.6] Porque ve: El peso de sus palacios aplastará las montañas que se nivelarán con los valles, y colocaré sus viviendas encima de charcos y lodazales, para que toda la escoria que en ellos se anida sea aplastada por los fundamentos de la gran Ciudad de Dios, de vuestro Padre santo en el Cielo y la Tierra. [GD 1.12.7] Y el verdadero Pastor llamará a sus ovejas que oirán su voz y la reconocerán en todas partes de la Tierra... y acudirán para pastar felices en los pastos amplios del eterno Amor del Padre santo, que son los grandes jardines de la nueva Ciudad santa del gran Rey de todos los pueblos que existían, existen y existirán eternamente. [GD 1.12.8] Estos jardines serán el paraíso perdido por Adán que Yo recuperé y guardé fielmente para que allí estas ovejas tomen morada, eternamente. [GD 1.12.9] Por esta razón ya os expliqué detalladamente mi gran Gobierno desde la eternidad... Os mostré la Creación desde lo primero hasta lo último, y os mostré al primer hombre en el comienzo de su formación... Y aún os mostraré a la gran ramera y la Babilonia destruida, y después os llevaré a mi santa Ciudad donde os daré una morada eterna –– si me amáis como Yo os amo: sobre todo... [GD 1.12.10] Vendrá el día en que los cielos y la Tierra perecerán –– materialmente. Porque sólo continuarán espiritualmente. Pero cada una de mis palabras dirigidas a vosotros perdurará tal como la digo: corporalmente y espiritualmente, con todo Poder y toda Fuerza de la Santidad, eternamente... ¡Amén, eternamente amén! [GD 1.13.1] Pero ahora vuelve a Adán y Eva y fíjate en el modo de vida mundana que ellos y sus descendientes, en lo sucesivo, llevaron ante los ojos omnividentes de la Santidad de Jehová... Durante treinta años terrenales la pareja vivió en el seno de la familia con los descendientes benditos cuyo número era el mismo de los años que habían pasado... y Caín fue el único entre ellos que no fue bendecido. [GD 1.13.2] Hubo un día en el que el eterno Amor mismo habló a Adán en su corazón ––y después el ángel se lo repitió frecuentemente–– que le estaba mandado respetar un día de descanso para la conmemoración de las grandes obras del Amor misericordioso y para la contemplación reverente de la inconmensurable Santidad de Dios, el buen Padre. Y ahora ve lo que pasó: Ocurrió en tal día del Señor que Adán, solo, dio un paseo por un paisaje para admirar la belleza de su panorama. Y el mundo le fascinó de tal manera que, absorto en sus pensamientos, se olvidó del todo de Dios. |
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