Capítulo 10 | La Mosca |
10. Está formado por espíritus sumamente puros, pacíficos y pacientes. Si así no fuese, ¡cuán pesadas resultarían las trayectorias de los cuerpos cósmicos en torno a su Sol que tienen que recorrer a una velocidad extraordinaria! 11. Al ser la naturaleza de estos espíritus del éter tan pacífica, no estorban en lo más mínimo el movimiento de nada aunque la partícula o el ser que se mueve sea extremadamente sutil. 12. Sabiéndolo, no es difícil hacerse una idea sobre el brillo de un Sol y su propagación. |
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