Capítulo 1 | Obispo Martín |
18. Quizás vale más que me quite la mitra, entonces el demonio no me reconocerá. Pero cabe la posibilidad que así pueda tener aún más poder sobre uno de mi condición... Vaya, vaya, ¡qué cosa más cruel es la muerte! 19. Si por lo menos estuviera muerto del todo, entonces tampoco tendría miedo; pero vivir de esta manera después de la muerte, eso es lo que fastidia... Oh, ¡válgame Dios! 20. ¿Y si me fuera de aquí? Que no, me quedo. Pues lo que hay aquí ya lo conozco. Pero las consecuencias que me puede acarrear un paso imprudente adelante o atrás, esas sólo Dios las sabe. Por eso, en el nombre del Señor y de la gloriosa virgen María, prefiero aguardar aquí el día del juicio antes que moverme un solo palmo». |
Capítulo 1 | Vista móvil Aviso legal |