Tras algunas horas de una terca inmovilidad sin que ocurriera nada, el tiempo se le estaba haciendo desesperadamente largo a Martín (pues en la esfera natural del reino de los espíritus también hay una noción del tiempo). Así que empezó a hablar de nuevo consigo mismo: – Obispo Martín, Capítulo 2, Párrafo 1
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