3. Fijaos en cualquier fruto. ¿Qué es lo más interior? La fuerza espiritual del germen. ¿Y qué es el propio fruto que, con todos sus componentes, existe para proteger y conservar interiormente al germen? En el fondo no es otra cosa sino un órgano exterior impregnado por todas partes de la fuerza del germen. 4. Que el fruto exterior -es decir, todo el fruto natural- sea un órgano condicionado por la fuerza espiritual del germen, resulta evidente por el hecho de que todo el árbol, o toda la planta, surgen del germen espiritual.
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