Capítulo 3
![]() ![]() | Los Tres Días en el Templo |
1. De este modo Yo conseguí libertad para hablar. Los ancianos y escribas me invitaron a hablar y a preguntar sobre lo que Yo quisiera. También me aseguraron que respondían debidamente. Yo volví a empezar con la pregunta preliminar: «Vuestras palabras, aparentemente muy seguras, no pueden calmar la mar ni imponer silencio a los vientos violentos. Sólo un hombre ciego no siente las señales de este tiempo; y como este hombre es, además, más sordo que una tapia, tampoco puede entenderse nada de la tormenta retumbante de la historia de este tiempo sumamente memorable en toda la tierra. ¡Mientras ya Carmelo y Sión inclinaron sus cabezas ante el Rey que ha de venir, y mientras Horeb hace fluir leche y miel de sus altos pináculos, vosotros, que deberíais saberlo antes que todos los demás y anunciarlo al pueblo que espera, no sabéis ni jota!. 2. En este momento todos arquearon las cejas y miraron hacia mí y hacia ellos mismos, no sabiendo qué debían responder. 3. Pasado un rato, uno de los escribas dijo: « ¡Continúa y habla de lo que sabes sobre esto! . 4. Dije Yo: «¡Seguramente Yo sé lo que Yo sé. Por ese motivo no os puse ninguna pregunta para hacerme explicar lo que Yo sé de todos modos, sino sólo para que me mostréis quién es la virgen encinta de la que debe nacer el Hijo del Altísimo, y de la que habla el profeta Isaías! ¿Por qué ella le llamará Emanuel (Dios sea con nosotros)? ¿Por qué tomará leche y miel para desechar lo malo y elegir lo bueno? Sin duda vosotros, como escribas, que sois, debéis saber lo que el profeta designó bajo la virgen, estando encinta, la cual dará a luz al Hijo indicado. 5. Mi opinión es que aquella historia del nacimiento en Belén es más importante de lo que pensáis, y que aquellos padres —el carpintero llamado José, y la virgen que más tarde le fue confiada como su mujer— junto con su Hijo, nacido en Belén, todavía viven. Todos ellos escaparon maravillosamente de la crueldad del viejo Herodes por la prudente y sabia intervención del centurión Cornelio. Ahora viven sanos y salvos en Nazaret, en Galilea. 6. ¡Mirad, Yo sé todo esto y soy un niño de 12 años, y vosotros, que sabéis tantas cosas, ¿vais a decirme que ignoráis esto, tanto cuanto que José, en calidad de carpintero calificado, ha recibido todos los años bastante trabajo aquí, en Jerusalén, y que vosotros le conocéis bien, al igual que a su mujer, nacida aquí y educada hasta los catorce años en el templo? ¿No es hija de Ana y de Joaquín, que según vuestro registro cronológico nació como por milagro? Ana ya era de avanzada edad, y sin un prodigio nunca se hubiese podido pensar en una fecundación. 7. Los padres y el hijo recién nacido vivieron en Egipto durante tres años, inmediatamente después de la huida de Belén, en las proximidades de la pequeña ciudad de Ostrazina (también conocida como Zoán), según el idioma antiguo Austrazhina, que quiere decir «fortaleza de horror. Era una fortaleza que mataba a todos los enemigos durante los tiempos de los faraones. Más tarde los enemigos más poderosos del antiguo Egipto conquistaron este lugar de horror, al igual que muchos otros. Del lugar de horror y de la fortaleza de aquel entonces no ha quedado más que el nombre decadente, al que los romanos, por supuesto, han dado una interpretación distinta a la de los antiguos egipcios. 8. Sin embargo, esto no es importante. Yo sólo mencioné estas cosas que conocía para indicaros el lugar de residencia durante tres años de los padres en cuestión. He sabido que desde allí regresaron a Nazaret, obedeciendo una instrucción divina, donde viven una vida retirada, enteramente sumisos a la voluntad de Dios, aunque se cuentan allí muchas cosas maravillosas del niño, al que Yo también tengo el honor de conocer bien, pues le obedecen hasta los elementos, y las bestias de la selva y del desierto huyen con más horror de su mirada que de mil cazadores. A este respecto es un verdadero Nemrod. ¿Y vosotros pretendéis no saber nada de esto? Os ruego que me digáis con toda sinceridad si de verdad no sabíais nada de lo que Yo os acabo de relatar. 9. Dijo otro anciano animado por un mejor sentido: «Sí, ya hemos oído decir algo de estas cosas, y también que el conocido carpintero y María, su joven mujer, permanecen en Nazaret. Sin embargo, no sabemos si el maravilloso muchacho es el mismo que nació hace doce años en el establo de Belén, y dudamos mucho que sea el mismo. ¿Y cómo debía ser aquel muchacho hasta el Emanuel del profeta?. 10. Dije Yo: «Muy bien, pero si Él no lo es, ¿de dónde viene el poder que ejerce sobre todos los elementos? ¿Y quién es la virgen del profeta, y quién Emanuel?. 11. Dijo el hombre rico de Betania: «¡Escuchad! ¡Este muchacho tiene una enorme inteligencia! Es como si fuera un Elías joven al que aquel niño maravilloso de Nazaret envía con anticipación para preparar a todos nosotros al Emanuel presente del profeta. Porque, ¿cuándo ha hablado tan sabiamente un niño de doce años, a excepción de Samuel? 12. Por este motivo debéis empezar a hablar de manera más concluyente y espiritual con este niño, de lo contrario va a continuar molestándoos. Tendréis que explicarle de un modo más claro el sentido de los versos del profeta y dilucidarle lo referente a la virgen María, la hija maravillosa de Joaquín y de Ana, que cuando murieron legaron como herencia todos sus considerables bienes al templo, o mejor dicho, el templo se apropió de ellos como sueldo para la educación de la hija María, confiscándolos como propiedad sin dueño. 13. ¿Qué opináis sinceramente de esta virgen? Si se puede prestar fe al profeta, entonces el tiempo designado exactamente por él será ahora, y ya no podrá ser negada la singularidad de la virgen en cuestión. ¡Si hubiera algo en esto, entonces sería muy sacrílego por nuestra parte no informarnos más profunda y detalladamente sobre el particular!. 14. Dijo un anciano enfadado: «Esto tú no lo comprendes, y favoreciendo al muchacho, hablas de este asunto como un hombre enteramente ciego que explica la magnificencia de los colores bellos. 15. Dije Yo, interrumpiéndolos: «¡Es una cosa verdaderamente singular que un hambriento se imagina siempre que todos los hombres que encuentra tienen hambre! Y un hombre tonto siempre tiene a todos los demás hombres por más tontos que a sí mismo. Para el ciego cada hombre es ciego, aunque tenga la vista aguda, y para el sordo los demás hombres son sordos. 16. ¿Crees tú, vieja cabeza iracunda, que fuera de ti no hay hombre alguno que pueda saber algo? ¡Oh, en tal caso te equivocas mucho! ¡Mira, Yo soy sólo un muchacho y puedo contarte y hacerte saber cosas verdaderas, de las que jamás ha soñado tu mala sabiduría! 17. Simón, hombre rico de Betania, ha viajado por la India, Persia, Arabia, Egipto, España, y ha visto Roma y Atenas. ¿Por qué no iba a saber algo de lo que tú nunca has pensado ni por asomo? Si la cosa es así, ¿por qué razón puedes imputarle ignorancia? Yo te digo que él juzga correctamente, y por tal motivo debéis hacer lo que él pide de vosotros, porque él lo ha pagado con su mucho dinero. 18. Si alguien contrata un servidor para un trabajo, el servidor está obligado a ejecutar el trabajo para el que el amo le ha contratado. En el caso de que el servidor no quiera o no pueda, el amo del servidor tendrá derecho a pedir la restitución del sueldo contratado, dando al servidor por perezoso o inhábil. Vosotros habéis recibido una buena cantidad de dinero, y a cambio no queréis hacer algo, o no podéis hacerlo. ¿No tiene derecho Simón a pediros la devolución del sueldo que os ha dado?.» 19. Dijo un comisario y juez, bien versado en jurisprudencia: «¡Ved a este muchacho! Es un jurista perfecto y puede actuar de juez en todos los asuntos en litigio. Su declaración está fundada enteramente en nuestras leyes, y caso de que Simón de Betania pida la devolución de su dinero, evidentemente tendré que pronunciar el exequátur (¡Qué se cumpla el derecho!). 20. Acto seguido se acercó a mí, me acarició, me estrechó contra su pecho y me dijo: «¡Escucha, simpático muchacho de cabello rizado! Estoy enteramente enamorado de ti. Quiero cuidar de ti con todos mis bienes, y educarte para que más tarde, seas un gran hombre. 21. Dije Yo: «Bien sé que me quieres, pues tienes un corazón sincero y fiel. Pero ten la seguridad de que Yo también te amo mucho. No es necesario que cuides de mis estudios ni de mi porvenir, porque ya hay alguien que se preocupa de esto. 22. También Simón de Betania se dirigió a mí y me preguntó con asombro: «Dime, mi más querido, hermoso y simpático muchacho, ¿cómo sabes mi nombre y todos los países de la Tierra, donde he estado?. 23. Dije Yo: «No te extrañes, pues siempre que Yo quiero saber algo, lo sé porque ya está en mi naturaleza. Pero el "cómo" tú no lo podrías comprender ahora. Vamos a volver al asunto que estábamos tratando y a nuestra virgen. Vosotros, levitas y escribas, ¿queréis dilucidar más detalladamente esta cuestión, o no?. 24. Dijo uno de los más listos de entre los numerosos ancianos: «Sí, sí, ya no podemos hacer otra cosa que decir la verdad al muchacho, y os ruego encarecidamente que le expliquéis a Isaías según la doctrina simbólica de la cábala, y entonces no tendrá ni salida ni ocasión para hacernos más preguntas. 25. Seguidamente tomó la palabra un escriba que presumía de ser muy sabio: «Ahora, escucha bien, muchacho curioso que quiere saberlo todo. Concéntrate y piensa. El profeta no entendía por "virgen" a una virgen de carne y hueso, sino sólo a la doctrina que Dios dio a los hijos de este mundo, a través de Moisés. En sentido más estricto, nosotros, los levitas y escribas, representamos vivamente esta doctrina y la ley. 26. Pero nosotros, como palabra viva de Dios, tenemos la gran esperanza de que esta doctrina originada en nosotros se dirija a todas las partes del mundo y dé luz a los paganos. Y esta esperanza viva y verdadera es la virgen embarazada, de la que habló el profeta. Sin embargo, el hijo al que dará a luz son los paganos, todos los que aceptarán nuestra doctrina, y éstos dirán entonces y se llamarán "Emanuel", es decir, Dios también está con nosotros. Y esto ya sucedía antes de nosotros, pero ahora sucede de un modo más vivo y activo. 27. Este hijo tomará miel y leche, y desechará lo malo y escogerá lo bueno. Bajo la palabra "miel", el profeta entendía el amor puro y lo verdaderamente bueno que sale del amor, y bajo la expresión "leche", la sabiduría que sale de Dios, que caerá en suerte al hombre al observar la doctrina y la ley; y al apropiarse enteramente del amor y de la sabiduría, se detesta voluntariamente lo malo y se escoge lo bueno. 28. Mira, querido muchacho, así se expresa el sentido interior de la sabiduría y de la verdad según las palabras y dichos espirituales. Todos tienen un profundo sentido espiritual, que sólo puede ser descubierto por el escriba verdadero por medio de la doctrina verdadera y fiel de los símbolos. Un lego no puede averiguarlo, pues si pudiera no necesitaríamos las escuelas, y Moisés no habría tenido que instruir sacerdotes y escribas para la administración de las doctrinas y de las leyes de Dios. ¿Comprendes ahora la interpretación verdadera y correcta de los versos del profeta, que hasta ahora no habías entendido?.» |
Capítulo 3
![]() ![]() |
Vista móvil ![]() |