¿Crees tú, vieja cabeza iracunda, que fuera de ti no hay hombre alguno que pueda saber algo? ¡Oh, en tal caso te equivocas mucho! ¡Mira, Yo soy sólo un muchacho y puedo contarte y hacerte saber cosas verdaderas, de las que jamás ha soñado tu mala sabiduría! – Los Tres Días en el Templo, Capítulo 3, Párrafo 16
|